En este mundo global y altamente tecnificado, conviene preguntarse si uno es "tecnodependiente" o "tecnofóbico".
Van algunas preguntas que se me ocurren para intentar sacarme la duda:
1.- ¿Qué lo pone más ansioso?
a.- ¿Esperar el cartero?
b.- ¿Lo que la PC demora para abrir el Outlook?
2.- Cuando se olvida el celular:
a.- No le importa y piensa: Mejor, así no me molesta nadie.
b.- Anda tocándose todo el tiempo la cintura como acto reflejo.
3.- Cuando se le acaban las pilas del control remoto:
a.- No le importa y piensa: Mejor, así veo un solo canal.
b.- Anda como loco del sillón al tele para cambiar manualmente los canales.
4.- Cuando el cajero automático le dice: "Momentáneamente fuera de servicio":
a.- No le importa y piensa: Mejor, así no gasto y con los cinco pesos que tengo, me alcanza para dos cafés.
b.- Anda como loco buscando otro.
5.- Cuando la PC se "planta" por alguna falla:
a.- No le importa y piensa: Mejor, así me voy a dormir temprano.
b.- Anda como loco metiendo dedos en hardware y software para solucionar el problema.
Si todas las respuestas son
a.-, no le hace falta terapeuta. Si todas las respuestas son
b.-, busque en
Páginas Amarillas un psiquiatra. Alguno bueno habrá en su ciudad.
Sobre tecnofóbicos, un
informe de Clarín.
Y sobre tecnoadictos,
otro en La Nación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario