El Foro de Periodismo Argentino, que reúne a más de cien periodistas de todo el país, y la agrupación internacional Reporteros sin Fronteras sumaron ayer su rechazo a las amenazas que sufre Mariano Saravia, colega de La Voz del Interior, luego de la publicación del libro La Sombra Azul, donde denuncia la actuación de policías del llamado D2 en la represión ilegal de los años setenta en la provincia de Córdoba.
El comunicado de Fopea afirma:
Fopea solicita a las autoridades de la provincia de Córdoba que brinden a Saravia las garantías necesarias para seguir ejerciendo el periodismo con total libertad. Desde el mes de julio Saravia viene sufriendo amenazas. Primero desconocidos pusieron 10 balas en la puerta de su casa. Después aparecieron vehículos sospechosos frente a su domicilio, grafitis amenazantes y animales muertos en su patio. Además, actualmente recibe llamadas telefónicas amenazantes con música fúnebre o gritos.
Paralelamente, Saravia recibió cuatro cartas documento de personas mencionadas en su libro, que están vinculadas al general Luciano Benjamín Menéndez, quien fuera jefe del Tercer Cuerpo de Ejército donde funcionaron varios centro de detención clandestina durante la dictadura. Es preocupante que este tipo de acción ya ha impactado en la situación del periodista, que sufre mensualmente el embargo del 20 por ciento de su sueldo.
Por su parte, Reporteros sin Fronteras indicó:
Reporteros sin Fronteras está muy preocupada por las presiones que, en forma de amenazas y procedimientos judiciales, ha recibido Mariano Saravia. Periodista del diario La Voz del Interior y escritor de Córdoba, ha publicado un libro denunciando la exacciones cometidas por algunos policías durante la dictadura (1976-1983). "La investigación periodística molesta porque finalmente permite aclarar los años negros del régimen militar en Argentina. Por ello, pedimos expresamente a las autoridades, que tienen el deber de restablecer la verdad sobre aquella época, que adopten las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la independencia de los periodistas que trabajan sobre esos temas, que todavía son muy sensibles", ha declarado Reporteros sin Fronteras. Contactado por la organización, Mariano Saravia ha contado que, desde que en marzo de 2005 se publicó su libro La sombra azul, producto de una investigación sobre la actuación de la policía durante la dictadura, está siendo víctima de amenazas y "persecución judiciales". El 23 de julio unos desconocidos dejaron, delante del domicilio del periodista, una decena de balas de calibre 45 mm. A principios de agosto pintaron en los muros de su casa una cruz gamada. En octubre, Mariano Saravia encontró, en el garaje, un pájaro muerto colgado de las patas. El 6 de noviembre estrellaron en el patio de su casa un gran cacharro lleno de flores.
El periodista asegura también que varias veces han aparcado vehículos sospechosos delate de su casa. Frecuentemente sigue recibiendo llamadas anónimas amenazantes: insultos, silencios prolongados, música fúnebre, gritos o ladridos de perro, cuando el suyo acababa de desaparecer misteriosamente.Mariano Saravia también ha recibido presiones de los militares Luis Alberto Manzanelli, Luis Gustavo Diedrich y Ricardo Lardone, citados por el autor en La sombra azul, y actualmente detenidos y acusados de crímenes contra la humanidad. Todos ellos le han amenazado por carta con denunciarle judicialmente.El militar José Hugo Herrera, ya inmerso en una acción civil contra el periodista, reclama 50.000 pesos de indemnización (unos 15.000 euros), por "calumnias". A Mariano Saravia le retienen un 20% de su salario, hasta que haya sentencia.
El periodista ha declarado a Reporteros sin Fronteras: "Espero el juicio, para poder presentar las pruebas de todo lo que he avanzado en mi libro. En cuanto a las intimidaciones, creo que se trata más de una venganza que de auténticas amenazas de muerte".
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