Los periodistas somos genéticamente vagos. Que alguien me lo desmienta.
Las coberturas por teléfono son un vicio cada vez más frecuente en las redacciones.
Salir a la calle se ha tornado tarea molesta y, para muchos, insalubres. Ni siquiera vamos a las conferencias de prensa en los cómodos despachos oficiales.
Por la tele, estamos hartos de ver cómo los movileros eligen, por ejemplo, cubrir los huracanes desde los centros de acogidas porque eso muestra el infaltable "costado humano" de la realidad.
Pero un periodista chileno, Rafael Cavada, dio una lección a través de
Televisión Nacional de Chile.
Enfrentó al huracán Wilma en las calles de Miami.
Observen, si no, cómo lo hizo.
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