De regreso del III Congreso Nacional e Internacional de Fopea sobre los desafíos de la prensa en la era digital. Hubo excelentes ponencias, como la de Jean François Fogel (Francia, consultor, creador de lemonde.fr) y de Rosental Alves (Knight Center, Estados Unidos).
En la ocasión, compartimos una mesa con Darío D'Atri (clarin.com) y Federico Thurpe (La Gaceta) sobre la transición entre el papel y la web. También nos quedamos con gran expectativa porque la charla de Mindy McAdams se continuará con un taller que realizaremos desde este lunes en Córdoba.
Esta el apunte de la presentación que hice sobre la experiencia de La Voz del Interior.
Redacciones: Transiciones entre papel y digital
No hay duda, estamos en un momento de transición.
No se trata de, apenas, fundir redacciones separadas en una sola, que sea capaz de proveer contenidos sin que importe, al final, el formato.
Se trata, antes que nada, de dar un paso trascendental para preservar al periodismo, jaqueado por nuevas formas de comunicación que, sin duda, lo excluyen.
Me pregunto si estamos preparados para eso.
Porque no es sólo aprender el manejo nuevas herramientas. Después de todo, esto forma parte intrínseca de cualquier profesión.
Tenemos que comprender a las nuevas audiencias. Y allí está el verdadero desafío.
¿Nos queda otra alternativa frente a audiencias competentes y suficientemente alfabetizadas en una sociedad cada vez más digital?
Vengo del periodismo en papel. Me siento cómodo allí. Después de todo hace casi 30 años que me muevo en redacciones que cultivan esa vieja cultura.
Pero sé que todos los lectores que supimos conseguir están cumpliendo sus ciclos biológicos y no están siendo reemplazados por los más jóvenes.
Creo que esto es lo que todos debemos comprender y asumir.
En esta mesa, van a escuchar otras experiencias, con distintos ritmos y distintas profundidas.
En el arranque de la nuestra, en La Voz del Interior, fijamos como objetivo prioritario un diálogo interno para crear conciencia, para sacarnos los miedos, para comprender en qué mar debemos navegar.
El reto es destruir nuestros mitos, ahuyentar nuestros fantasmas.
Cambiar la idea autogenerada de que somos “vacas sagradas” y, como tales, intocables.
Hubo, además, que trazar un mapa de dos cuestiones centrales:
· La primera es la organización: revisar dónde estamos y hacia dónde queremos ir. En esto juega un papel fundamental la detección de las audiencias, la que tenemos y la que queremos.
Para eso, encaramos una encuesta interna que nos permitió detectar cuán cerca o cuán lejos está toda la empresa del conocimiento de Internet y de las herramientas.
Arrojó resultados interesantes porque posibilita, ahora, encarar un plan de capacitación que nos iguale en nivel de conocimiento con generaciones más jóvenes y habituadas al mundo digital.
· La segunda, los productos: fortalezas y debilidades de nuestro querido papel y la búsqueda de un formato digital que atraiga.
Todo esto implica ponernos a trabajar. Ya no sólo desde lo periodístico sino para entrarle a conceptos como el márketing, que siempre los periodistas vimos como lejano, como ajeno a nuestra profesión. O como la tecnología.
Me quedo con una frase de Juan Varela, a quien seguramente ustedes conocen personalmente o siguen en su blog
“Los medios y los periodistas pueden no ser creadores de tecnología, pero están obligados a ser usuarios expertos y asumir capacidad de ingeniería (uso práctico de la tecnología) si no quieren ser desbordados por el propio público”.
En este punto, trabajamos sobre una pirámide que, desde abajo hacia arriba, nos muestra los siguientes escalones:
Base: motivación/comprensión.
Conceptos: el periodismo del presente.
Herramientas: con qué hacerlo.
Know how: cómo hacerlo.
Me dirán que las empresas apuntan a esta convergencia para reducir costos, en particular en medio de esta crisis global que agudiza aún más los problemas de los medios.
Seguramente algo de razón tendrán si observamos lo que está pasando en otros lugares del mundo, donde las redacciones se encogen de manera terrorífica.
Pero hay algo de lo que las empresas no podrán prescindir: de información de calidad.
Revisen cualquier informe sobre las nuevas generaciones digitales y observarán que tienen un fuerte espíritu crítico y una dosis de escepticismo sobre el modo en que los medios informan hoy.
Demandan, entonces, algo que el periodismo hecho por ciudadanos no podrá darles: profundidad, rigor informativo y perspectiva de la información.
¿No es ésta acaso una oportunidad que se nos abre a los periodistas?
¿No luchamos por estos valores desde Fopea?
¿Qué más da aplicarlos en el papel o en Internet?
Tengo para mí que no soy tan viejo como para resignarme a esperar que la muerte de los diarios me adelante la jubilación.
¿Alguien de acá, sí?
4 comentarios:
1) NO son vacas sagradas ;)
2) ¡Me gusta eso de que el periodismo empieze a familiarizarse con el marketing y la tecnología. Habla de una apertura muy interesante de ciertos medios y de vos, propiamente.
Fernando: Me refiero a los periodistas que SE CREEN vacas sagradas y no entienden que las audiencias estàn prescindiendo del periodismo en sus formas conocidas hasta ahora.
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